Fragmentos del glaciar Perito Moreno, ubicado en la Patagonia argentina, son dispuestos
en hojas de papel. Derretidos y evaporados por las horas y los días, dejan una huella.
Miles de años, condensados en un bloque de hielo dibujan solo una línea sutil, tallada por
el tiempo.
Esta obra, es la plataforma sobre la cual se despliega un
dispositivo visual, performático y sonoro, proponiendo una reflexión sobre la identidad, la
acción del ser humano en un mundo urgente, y la construcción de la memoria. La
imposición del discurso que promueve el sistema basado solo en la superficie vacía de
contenido nuestra experiencia. Por consiguiente, la toma de conciencia sobre ese lapso de
tiempo que denominamos vida en estos tiempos es fundamental.
Este proyecto propone una reflexión sobre algunos aspectos que nos demanda el presente:
Poder valorar nuestros derechos como seres en un territorio común que constituimos entre
todos sin distinción de género. Cómo ahondar en el trazo de nuestra historia para no
repetir los mismos errores. Cuántos años nos ha llevado encontrarnos con lo que somos.
Cómo entender la importancia y responsabilidad de nuestra libertad.
En Deshielos, la línea de tiempo, cicatriz de nuestro Glaciar, es simbolizada y reconstruida
por un grupo de bailarines. Se presenta una pieza donde ellos intervienen el espacio, transforman la línea en
materia viva y desafían la noción de escenario, interprete y audiencia. Sus voces, nuestras
voces, se abren camino en la oscuridad de la noche. Escuchan el sonido de la historia.
Intentan reformular los bordes que la desidia y el olvido borran y de este modo despertar.
Cada instancia que interviene en el proyecto invita a una toma de consciencia sobre el
vínculo estrecho entre nuestra presencia, nuestro cuerpo y nuestro hábitat. Un dialogo
necesario para comprender, en momentos de cambios importantes sociales y ambientales,
el lugar que ocupamos como seres en el universo.